domingo, 13 de noviembre de 2011
viernes, 21 de octubre de 2011
viernes, 14 de octubre de 2011
exclusion social a causa del sida
La mayoría de las
personas que padecen SIDA se encuentran inmersos en un círculo cerrado en el
que están incluidos todos los puntos citados, y que presumiblemente, en este
caso, unos lleven a otros completando un círculo sin fin que sólo en
determinadas ocasiones se rompe, cuando el apoyo social y la solidaridad hacen su
entrada. Desgraciadamente, no siempre ocurre esto, y es en la mayoría de los
casos cuando la enfermedad se convierte en un estigma social y los enfermos son
tratados como los leprosos en la antigüedad, que eran señalados y apartados de
la sociedad por miedo al contagio.
La exclusión social a
causa del SIDA se expresa de múltiples maneras, algunas muy sutiles y otras
demasiado evidentes para dejar de verlas. Pero todas las formas de exclusión
social coinciden en un hecho que, aunque se conoce, es inadmisible para
cualquier sociedad o país democrático: la violación de los derechos humanos
esenciales de las personas que viven o padecen la enfermedad, consagrados en la
Declaración Universal de Derechos Humanos suscritos y ratificados por la
inmensa mayoría de los países del mundo ( el derecho a la vida, a la salud, a
la igualdad, al trabajo y a la educación).
encuestas sobre discriminacion de las personas con vih
Un estudio realizado recientemente
por los centros de control y prevención de enfermedades de China muestra
que el 46 por ciento de los 9.000 encuestados que no trabajan en el
ámbito médico discriminan a los enfermos de VIH/SIDA.
Además, el 25 por
ciento de los 7.700 trabajadores sanitarios encuestados dan muestras de
esta actitud discriminatoria, evitando a los pacientes o negándose a
darles la mano, y hablar o comer con ellos.
La encuesta se llevó a
cabo en 18 ciudades de siete provincias chinas, entre ellas Jilin, Gansu
y Liaoning.
Xiao Yan, investigador
de control y prevención de enfermedades, afirmó que los resultados del
estudio "aún no son satisfactorios", aunque indicó que se han
hecho "algunos progresos".
Una encuesta similar
realizada en 2008 reveló que el 59 por ciento de los ciudadanos y el 34
por ciento de los trabajadores sanitarios discriminaban a los pacientes
de VIH/SIDA.
Según las estadísticas
oficiales, 700.000 chinos padecen esta enfermedad, de los cuales sólo
260.000 tienen acceso al tratamiento y el apoyo proporcionado por los
especialistas sanitarios.
Qiu Renzhong, bioético
de la Academia de Ciencias Sociales de China, indicó que la situación en
el país contrasta con la que se vive en Estados Unidos, donde el 75 por
ciento de las personas positivas al VIH están identificados.
"La tasa más baja
en China se debe principalmente a la discriminación generalizada y a los
esfuerzos insuficientes de los hospitales por proteger la privacidad de
los pacientes, una conducta que aleja a los enfermos de los centros
sanitarios", explicó Qiu.
"Declaración de los derechos Fundamentales de la persona que vive con el virus del SIDA"
Considerando:
Que el SIDA, desde
el punto de vista de la medicina, es una enfermedad como las otras;
Que el SIDA es una
epidemia mundial y que es preciso un esfuerzo colectivo mundial para detenerla;
Que no existe
peligro de contagio del SIDA excepto a través de relaciones
sexuales sin precauciones adecuadas, de la
transfusión de sangre infectada y de la transmisión de la madre infectada al feto o al bebé;
Que desde el punto
de vista planetario es la Humanidad la que se encuentra seropositiva, no
existiendo una "minoría" de enfermos;
Que contra el pánico, los preconceptos y la
discriminación, la práctica de la solidaridad es esencial;
Por todo ello
proclamamos:
Todas las personas
tienen derecho a la información clara, exacta y científicamente fundada acerca
del SIDA, son ningún tipo de restricción. Las personas que viven con el virus
del SIDA tienen derecho a informaciones específicas sobre su condición como
tales.
Toda persona que
vive con el virus del SIDA tiene derecho a la asistencia y al tratamiento,
suministrados ambos sin ninguna restricción y garantizando su mejor calidad de
vida.
Ninguna persona que
viva con el virus VIH/SIDA será sometida a aislamiento, cuarentena o cualquier
tipo de discriminación.
Nadie tiene derecho
a restringir la libertad o
los derechos de las personas por el único motivo de que estas personas convivan
con el virus VIH/SIDA, cualquiera sea su raza, nacionalidad, religión, ideología, sexo u
orientación sexual.
Toda persona que
viva con el virus VIH/SIDA tiene derecho a la participación en todos los
aspectos de la vida social. Toda acción que tienda a recusar a las personas que
conviven con el VIH/SIDA para un empleo, un alojamiento, una asistencia o a
privarlos de ello, o que tienda a restringirles la participación en las
actividades colectivas, escolares y/o militares, debe ser considerada
discriminatoria y punida por la ley.
Todas las personas
tienen derecho a recibir sangre y hemoderivados, órganos o tejidos que hayan sido
rigurosamente analizados y comprobada en ellos la ausencia del virus del SIDA.
Nadie podrá hacer
referencia a la enfermedad de alguien, pasada o futura, o al resultado de sus análisis para el SIDA sin el
consentimiento de la persona involucrada. La privacidad de la persona que vive
con el virus VIH/SIDA deberá ser asegurada por todos los servicios médicos y
asistenciales.
Nadie será sometido
compulsivamente, en ningún caso, a los análisis para el SIDA. Estos deberán ser
usados exclusivamente para fines diagnósticos, para el control de personas o
poblaciones. En todos los casos de análisis, los deberán ser informados
previamente y los resultados deberán ser comunicados por un profesional competente.
Toda persona que
vive con el virus VIH/SIDA tiene derecho a comunicar sólo a las personas que él
desee hacerlo su estado de salud o el resultado de sus análisis.
Toda persona que
viva con el virus tiene derecho a la continuación de su vida civil, profesional,
sexual y afectiva. Ninguna acción podrá restringir sus plenos derechos a la ciudadanía.
efectos de la discriminacion
En el nivel
individual:
La discriminación
afecta profundamente a las personas. Ella conduce a la perdida de autoestima, a sentimientos de culpa
y vergüenza. A menudo las personas con SIDA se apartan por sí mismas de la
asistencia que necesitan debido al temor a reacciones negativas de los otros.
El aislamiento aumenta el sentimiento de "ser el único con SIDA". Ansiedad, depresión y suicidio pueden ser los resultados.
Las personas
afectadas por el SIDA necesitan ser aceptadas por la Iglesia y conducidas,
junto con todas sus emociones,
al descubrimiento de su dignidad como
creadas a la imagen de Dios.
La Iglesia debería
sostener y cuidar a aquellas que se están ocupando de las personas con SIDA,
para brindarles fuerzas y coraje para continuar su ministerio.
En el nivel
comunitario:
La discriminación de
ciertos grupos lo obliga a esconderse. La comunicación,
el contacto y la existencia llegan a ser difíciles y la transmisión del VIH se
facilita. La discriminación de las personas infectadas por el VIH es un
obstáculo serio en la lucha para combatir la transmisión de la enfermedad. La
Iglesia tiene la especial responsabilidad de reconocer estos grupos discriminados y sus
necesidades.
La Iglesia debe poner de manifiesto las acciones discriminatorias y
desafiar a sus miembros, a la comunidad y al gobierno de información y que
están altamente expuestos a la pandemia."
En resumen, se ve claramente
cómo la Iglesia reconoce el problema actual de la "tercera epidemia",
lo analiza e inicia planes de acción para erradicar la discriminación, ayudando
a quienes padecen la enfermedad, y condenando a aquellos que están involucrados
en el acto discriminatorio.
el sida en los grupos marginados
En algunos países, el SIDA afectó principalmente a grupos que ya estaban marginados, y como consecuencia aumentó la discriminación (homosexuales, drogadictos intravenosos y prostituidos). El turismo sexual, donde varones económicamente poderosos explotan a mujeres y varones jóvenes, pone en peligro e incrementa el riesgo de la transmisión del VIH. Esto alienta la discriminación, ya que ciertos grupos no son considerados dignos de ser protegidos contra el VIH, sino que son expuestos al virus por motivos de lucro económico.
Las estructuras socioeconómicas en el mundo promueven la pobreza de ciertas comunidades y grupos, haciendo más vulnerables a la difusión del SIDA a aquellos que no tienen privilegios. La lucha contra el SIDA es por lo tanto una lucha contra la pobreza, el analfabetismo, la prostitución, la drogadicción y todas las formas de desigualdad social. La falta de información tendenciosa también contribuye a la discriminación.
facetas de la discriminacion
La discriminación tiene muchas facetas:
Inadecuado cuidado profesional para las personas que son VIH positivos;
Estigmatización y aislamiento de la familia, del contexto social, de la comunidad y de la Iglesia;
Perdida del empleo;
Violencia física y/o psicológica contra personas de orientación homosexual, prostituidos y drogadictos;
Restricciones de viajes;
Presiones familiares y sociales sobre lo que brindan ayuda para que no cuiden a las personas infectadas con el VIH;
Negativa a brindar cuidados sanitarios básicos y seguros de vida o salud;
Registros obligatorios;
Rechazo a brindar alojamiento;
Actitud negativa para brindar acceso a la educación, especialmente a los niños;
Análisis obligatorios sin consentimiento; "chivos expiatorios";
Exclusión de personas, tales como refugiados y estudiantes procedentes de áreas altamente endémicas.
la discriminación de los enfermos de sida
Si bien el acto de discriminar se reitera a lo largo de los años, las formas concretas en que el mismo se expresa van variando. Hoy no se postula para los enfermos de SIDA el aislamiento externo que condenaba a los leprosos fuera de las ciudades medievales. La segregación opera con mecanismos más sutiles pero igualmente inhabilitantés.
Bajo una supuesta intención humanitaria se postulan exámenes masivos de la población con fines "preventivos". Exámenes pre-ocupacionales que cierran las puertas del mercado laboral a los infectados de VIH; obligatoriedad del estudio para los migrantes, que restringe el derecho a circular libremente por los territorios.
Se calcula que aproximadamente el 90% de los 10 a 30 millones de personas infectadas por el VIH en el mundo está en el grupo de edad económicamente productiva. Esta cifra demuestra claramente la incidencia que tiene el SIDA en el área del trabajo. Es necesaria, pues, la imposición inmediata de definición de políticas tanto en las empresas como en el plano de los gobiernos.
la discriminacion de los enfermos de sida
Una de las más graves consecuencias de esta epidemia es la discriminación de las personas que viven con el VIH/SIDA, por parte de los distintos sectores de la sociedad.
Esta discriminación, además de ser una lesión social, constituye una violación a la dignidad y a los derechos fundamentales de quienes se encuentran afectados por el virus, al negar, restringir o suspender los derechos que tiene todo ser humano. Al final del milenio no hemos sido capaces de entender que el Sida afecta la salud y la vida del ser humano, pero nunca su dignidad y sus derechos sociales.
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